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224 pages, Paperback
First published January 1, 1954
Lo he intentado con toda mi alma: “Eran otros tiempos, son hombres del mar, solos en un barco mercante, una vida muy dura, no uses la vara de medir de 2021” me repetía una y otra vez. Yo quería que me gustara este libro y no puedo decir que me haya gustado del todo, para nada, ya he leído libros igual de crudos o peores antes y debería estar curada de espanto. Pero con este no he disfrutado absolutamente nada. Que te guste o no un libro es una cosa, que lo puedas disfrutar es otra… Nicos Kavvadias no es para mi. Así de simple.
Y tengo sentimientos encontrados porque leyendo reseñas en goodreads (las que estuvieran en inglés o francés, al griego no llego) y la enorme cantidad de usuarios que le ponían 4 estrellas mínimo, sumado al enorme entusiasmo con el que la obra ha sido recibida (yo me sumé a este entusiasmo) empecé a pensar que el problema estaba en mi, de hecho hasta lo comenté con Libros Prestados, que a 22 de enero de 2021 aun no se ha leído el libro y no puede darme ni quitarme la razón, pero si consolarme. Gracias por tanto Eli
Y ahora viene lo que es propiamente mi comentario, largo como un día sin pan, sobre “La guardia” y mis esfuerzo por disfrutar de ella.
“La guardia” es un libro que se lee muy bien y que no dura nada en las manos del lector. Tiene una premisa muy sencilla: un grupo de marineros juntándose a contar batallitas durante las noches de guardia en un mercante que navega cerca de las cosas del sur de China. Para desarrollar estas historias el autor utiliza frases cortas y directas y dota a sus personajes de una voz honestamente brutal: dicen lo que piensan tal y como les sale, sin tapujos, sin adornos y sin filtros ni eufemismos que dulcifiquen lo más mínimo sus conversaciones.
Esta forma de expresarse es un arma de doble filo: por un lado puedes confiar en que el personaje te va a contar su historia con toda la sinceridad del mundo y por otro lo que te va a contar no te va a gustar, y no porque sean cosas incómodas, que lo son, sino porque todos ellos son horribles, todos los personajes, aunque la intención en ningún momento es la de mostrar unos personajes horribles.
Puede que sea mi visión personal, pero no hubo una sola página en todo el libro que no me hiciera sentir mal.Y se resume en algo muy sencillo, todo el tiempo hablan de mujeres que conocieron en otros tiempos, algunos más recientes otros mas lejanos en el tiempo. La forma con la que hablan de ellas, las cosas que cuentan, las que reconocen haber hecho, pero además sin ningún trazo de arrepentimiento ni de consciencia de que aquello estaba mal. El trato que se da a la figura de la mujer en esta novela es tan sucio que no pude ver más allá: las mujeres son objetos de cambio, de disfrute, es un ser inferior, taimado, podrido… que eso en esa época se puede ver en algunos libros, pero nunca de esta forma. Todo a la vez, todo de golpe y en todas las páginas o casi. Pero lo peor de todo no es eso sino el tono que le da Kavvadías a las conversaciones de sus marineros, un tono emocional, nostálgico y casi melancólico mientras te habla de abusos, prostitución, enfermedades venéreas, trata de blancas, fetichizacion, trata de menores y pederastia. Y a resultas, la sensación que me produce es la de que Kavvadias parece estar romantizando esas cosas. Casi se lee entre líneas que la culpa es de ellas o que al menos, no es de ellos porque claro, la vida del marinero es dura y esta muy solo y te haces recio para sobrevivir. Yo rezaba para que el barco se hundiera y se ahogaran todos.
La segunda y la tercera partes del libro Kavvadias gira sutilmente hacia el ensueño poético y la narración ensimismada, lo que redime un poquito a la novela, pero el mal ya está hecho. Hay menos conversación en estilo guión teatral, más narración en primera persona e incluso reflexiones existencialistas sobre la vida y la muerte. Sigue siendo desagradable porque sigue hablando de mujeres en los términos comentados en el párrafo anterior, pero al menos aligera un poco. Al menos sé que no permanecerá mucho tiempo en mi memoria.