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149 pages, Paperback
First published May 25, 1998
Ante todo, según creo, la intuición de que el universo se basa en la separación, el sufrimiento y el mal; la decisión de describir este estado de cosas y, quizás, de superarlo. Los medios –literarios o no– son secundarios. El acto inicial es el rechazo radical del mundo tal como es; también la adhesión a las nociones de bien y mal. La voluntad de profundizar en estas nociones, de delimitar su dominio, incluso en mi interior.
Habría que conquistar cierta libertad lírica; una novela ideal debería poder incluir pasajes en verso, o cantados. O diagramas científicos. Sí, eso sería perfecto. Tendría que caber todo. Novalis y los románticos alemanes en general aspiraban a un conocimiento total. Renunciar a esa ambición es un error.
Las sociedades animales y humanas establecen diversos sistemas de diferenciación jerárquica, que pueden basarse en el nacimiento (sistema aristocrático), la fortuna, la belleza, la fuerza física, la inteligencia, el talento..., por otra parte, todos estos criterios me parecen igualmente despreciables, y los rechazo; la única superioridad que reconozco es la bondad.
Veo un rasgo común en todos estos testimonios: durante unos días, mágicamente, una máquina gigantesca y opresora dejó de funcionar. Hubo una flotación, una incertidumbre; todo quedó en suspenso, y cierta calma se extendió por el país. Por supuesto, poco después la máquina social volvió a girar aún más deprisa, de un modo todavía más implacable (…) Pero a pesar de todo hubo un momento de interrupción, de vacilación; un instante de incertidumbre metafísica.
Cada individuo es capaz de producir en sí mismo una especie de revolución fría, situándose por un instante fuera del flujo informativo-publicitario. Es muy fácil de hacer; de hecho, nunca ha sido tan fácil como ahora situarse en una posición estética con relación al mundo: basta con dar un paso a un lado. Y, en última instancia, incluso este paso es inútil. Basta con hacer una pausa; apagar la radio, desenchufar el televisor; no comprar nada, no desear comprar. Basta con dejar de participar, dejar de saber; suspender temporalmente cualquier actividad mental. Basta, literalmente, con quedarse inmóvil unos segundos.
"Mined by the cowardly obsession of political correctness, stunned by the waves of pseudo-information that gives them the illusion of permanent change (we cannot think what was thought ten, a hundred or a thousand years ago), contemporaries of the West are no longer readers; they cannot satisfy the humble ask of an open book: that they simply be human beings, thinking and feeling for themselves. What is more, they cannot even play that part for another being. They should; because that dissolution of being is tragic; and each one, moved by a painful nostalgia, is still asking others what he himself cannot be. Everyone is still looking, like blind ghosts, for that weight of being that can no longer find in themselves. That struggle, that permanence; that profundity. Everyone fails, of course, and our loneliness is terrible."